El caso de los colombianos Víctor Escobar y Martha Sepúlveda, las dos primeras personas en toda Latinoamérica con enfermedades no terminales que obtuvieron la posibilidad de morir por el método de la eutanasia, ha activado la opinión de médicos, políticos y creyentes que consideran a la vida por encima de todo.
Para la diputada Xiomara Rodríguez, representante del Partido Restauración Nacional (PRN) y quién es médico general de profesión, el tema de la eutanasia no es aprobada.
“A la gente se le olvida que parte de la vida es también la muerte, lo que uno debería de garantizarle a la persona es la muerte digna. De ahí es de donde nació el cuidado de la especialidad de cuidados paliativos”, dijo Rodríguez.
La diputada y especialista en salud, considera que se debe fomentar la inversión que cada país tiene en las unidades de cuidados paliativos donde se le atienda a la persona y se le brinde el medicamento que necesite para alivianar el dolor y darle calidad de vida en el día a día hasta el último momento a las personas con algún padecimiento.
“El médico fue formado para guiar al paciente y poder darle su tratamiento hasta el final en el caso de que sea una enfermedad tipo terminal. Yo creo que aquí no se debe de mezclar el tener que quitarle la vida a una persona, que garantizarle la salud y el cuidado en ese proceso de la muerte que es natural con el tema de la eutanasia”, expresó Rodríguez.
Ante este tema, una de las máximas sedes del cristianismo en el mundo como lo es la iglesia católica a través de la representación del Vaticano catalogó en el 2020 su dura condena al suicidio asistido y a la eutanasia, considerados como “un crimen contra la vida humana”, y acusó a los países y a las personas que los autorizan o toleran de deshonrar “la civilización humana”.
De acuerdo con Allan Román seminarista de la Dioceses of El Paso, Texas, Estados Unidos, y Bachiller en filosofía y humanidades, la iglesia considera una discrepancia entre el dolor y el sufrimiento.
“Aquí viene una diferencia que la iglesia la abarca entre el dolor y el sufrimiento. El sufrimiento encuentra su dimensión en la pasión de Cristo, unir ese sufrimiento al de Cristo a eso estamos llamados todos los cristianos”, dijo Román.