El presidente de la República de Costa Rica, Rodrigo Chaves Robles y el presidente de la República de Panamá, Laurentino Cortizo Cohen se reunieron este viernes para dar un pronunciamiento en conjunto, para convocar a una reunión de jefes de Estado de la región para abordar la crisis migratoria.
Chaves, que se desplazó a Panamá para visitar el sector de Darién, por donde decenas de miles de migrantes desde Sudamérica pasan por una selva inclemente en su ruta hacia los Estados Unidos por vía terrestre, reiteró que quieren tener inventariados unos 200 autobuses que transporten personas de Panamá a Costa Rica que en lugar de dejar a los migrantes en Paso Canoas, continúen hasta la frontera norte para ingresar a Nicaragua.
El presidente panameño agregó que los autobuses y sus conductores estarían identificados, investigados y contarían con una póliza ante eventualidades que surjan durante el traslado, e hizo un llamado a los migrantes para que desistan de cruzar el Darién al calificarla como “una jungla de la muerte”.
En un pronunciamiento conjunto los mandatarios hicieron “un llamado urgente a los países de la región, tanto de origen, paso y destino, a los cooperantes y a los organismos internacionales, para atender los retos de este momento de manera pragmática sin perder de vista las causas de la migración”.
“Eso requiere de una intervención inmediata para ajustar la capacidad de nuestros países en la atención y administración de los flujos migratorios, con el propósito de que estos sean ordenados y seguros, para los migrantes y para nuestras comunidades. Es una responsabilidad compartida”, agrega el comunicado.