La ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos París ha dejado grandes críticas a nivel mundial ya que el comité organizador ha utilizado el espectáculo para imponer las ideologías LGTB, aborto y burlarse de la santa cena.
Durante el acto había niños bailando con drag queens, cabezas cortadas, mensajes de aborto y el grupo LGTBI ha tenido un papel también protagonista en el acto había una pasarela con drag, personas travestis y hombres besándose.
Además, durante el evento la transmisión se centró en una representación artística que parodiaba la famosa obra “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci, donde se presentaban con personas trans. Esto ha provocado que usuarios en redes expresen su descontento con la representación, describiéndola como inapropiada, insatisfactoria y una burla para personas creyentes.
Medios internacionales señalaron que el director artístico fue Thomas Jolly que se autodenomina queer, y que en sus obras lleva constantemente esta ideología a los escenarios.