El reciente caso de los jóvenes expulsados de la Universidad de Costa Rica (UCR) generó un descontento en el ámbito político. El sector conservador expresó que esta medida representa un ataque directo a la libertad de expresión.
Una de las figuras que manifestó su descontento es la exdiputada Shirley Díaz y Presidente del Frente Nacional por la vida que indicó que los jóvenes que se identifican con una postura provida se le debe respetar y acusó a los dirigentes de la UCR de traicionar los valores fundamentales que deberían ser defendidos por la institución.
“Esto es una barbaridad. Nosotros, como Frente Nacional por la Vida, estamos profundamente molestos y preocupados. Esto es una persecución religiosa e ideológica. A los muchachos disidentes, les decimos que sigan adelante; cuentan con nuestro total apoyo”, expresó Díaz.
Por otro lado, el diputado Fabricio Alvarado de Nueva República, manifestó en el plenario legislativo que esta vez las víctimas fueron los estudiantes provida de la UCR, a quienes se les obligó a poner sus pertenencias en el suelo durante una feria, solo por no alinearse con la agenda progresista.
“Esta decisión evidencia que la agenda progresista predomina en la UCR y busca silenciar a quienes piensan diferente. Se les ataca por ‘discursos de odio’, pero no hay mayor amor que defender la vida de los no nacidos”, afirmó Alvarado.
El legislador reiteró su solidaridad con los jóvenes expulsados: “Mi mensaje de apoyo a los chicos disidentes sigue intacto. Los animo a continuar luchando con valentía por la defensa de la vida, los principios y los valores”.
Mientras tanto, Andy Chinchilla, estudiante de la UCR, indicó que el futuro del partido parece estar marcado por una creciente polarización interna y busca silenciar a aquellos que defienden los principios tradicionales de la familia.
“Lo que está sucediendo dentro de la UCR es un claro ejemplo de intolerancia ideológica. La universidad está abandonando sus raíces para alinearse con una agenda progresista que no representa a todos sus miembros”.