Costa Rica iniciará la comercialización legal de cannabis medicinal a partir de junio, tras la reciente publicación del reglamento que desarrolla la Ley N.º 10113. Bajo este panorama algunos expertos en salud pública advierten que el país no está preparado para implementar esta medida de forma segura.
La normativa permitirá la fabricación, importación y venta de productos con extractos de cannabis psicoactivo en farmacias, pero exclusivamente bajo prescripción médica. Sin embargo, se señala una falta de protocolos clínicos, escasa preparación del personal sanitario y mal uso de la sustancia.
“El problema no es solo lo que dice el reglamento, sino todo lo que omite. No se han definido protocolos específicos de uso, ni campañas educativas para la población. Esto podría traducirse en un uso inadecuado, con efectos perjudiciales tanto para los pacientes como para el sistema de salud”. aseguró la doctora Jéssica Zúñiga.
Zúñiga también advirtió que la legalización del cannabis medicinal podría estar siendo impulsada más por intereses comerciales y presiones externas que por una estrategia sanitaria integral.
“Estamos abriendo la puerta a la normalización de un producto que, si bien puede tener beneficios terapéuticos en ciertos contextos, también conlleva riesgos reales: abuso de la sustancia, diagnósticos erróneos, e incluso falsificación de recetas médicas”, indicó.
La crítica no se detiene ahí. Según Zúñiga, el contexto actual del sistema de salud costarricense es poco alentador: falta de personal médico, escasos recursos, infraestructura limitada y ausencia de capacitación específica en el manejo del cannabis medicinal.
“El cannabis tiene potencial, sí, pero no es milagroso. Si lo usamos mal, perderá toda credibilidad como tratamiento médico. Y el paciente será quien pague las consecuencias”, enfatizó.
Los expertos coinciden en que la falta de preparación y supervisión podría convertir este “avance histórico” en una amenaza a la salud pública.