Don Pablo González dejó atrás décadas de tabaquismo y alcoholismo. Hoy, a sus 64 años, celebra más de 20 años sin fumar ni beber, gracias a una transformación impulsada por el amor propio.
Por muchos años, el cigarro fue una constante en la vida de don Pablo González. Comenzó a fumar siendo adolescente, influenciado por la imagen de los adultos que veía como modelos, incluido su padre.
“Fumar era símbolo de madurez. Uno escuchaba cosas como: Ya está hecho un hombre, ya hasta fuma”, recuerda con ironía.
Con el paso del tiempo, el cigarro se volvió inseparable del licor, especialmente en la vida universitaria, donde fumar dentro de bares y restaurantes era una práctica común.
“Me hacía sentir vivo. Andar con la cajetilla en la bolsa de la camisa era como llevar un pedazo de identidad”, cuenta don Pablo.
Durante sus 20 y 30 años, mantenía una vida activa que camuflaba los efectos nocivos del tabaquismo. Sin embargo, al llegar a los 40, su salud comenzó a deteriorarse: dificultad para respirar, aumento de la presión arterial y niveles peligrosamente altos de colesterol y triglicéridos marcaron un antes y un después.
“Me di cuenta de que si no cambiaba, no estaría mucho tiempo más aquí. Fue duro, pero descubrí que todo empieza por quererse a uno mismo”.
Hoy, don Pablo es otro. Disfruta del aire puro, practica senderismo semanalmente, va al gimnasio y mantiene una alimentación saludable.
“Encontré en la naturaleza y el ejercicio una nueva forma de vivir. Me di una segunda oportunidad”.
Este 30 de mayo, diversas instituciones se unieron para conmemorar el Día Mundial contra el Fumado y el Vapeo. Aunque los casos de tabaquismo han disminuido, preocupa el alarmante aumento del vapeo entre adolescentes y jóvenes.
La doctora Marny Ramos, coordinadora de las Clínicas de Cesación de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), advirtió que el número de jóvenes con trastornos asociados al vapeo va en aumento: en 2022 se registraron 871 consultas en menores entre 10 y 19 años. En 2024, la cifra ascendió a 2 855 y solo en los primeros meses de 2025 ya se contabilizan 1 175.
“La nicotina presente en los vapeadores puede generar adicción y afectar tanto la salud física como mental”, explicó Ramos. Además, recalcó la necesidad de que las personas adultas hablen del tema con sus hijos y seres cercanos.
La CCSS ofrece clínicas especializadas en cesación de fumado y vapeo en 39 puntos del país. Los requisitos para acceder son: querer dejar de fumar o vapear, ser mayor de 18 años y contar con seguro social. En caso contrario, el IAFA también brinda atención gratuita.