Luego de las declaraciones de la diputada electa Pilar Cisneros, sobre un posible chorreo de votos por parte del Partido Liberación Nacional (PLN), conversamos con Gustavo Román, asesor político del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) para analizar la posibilidad de esta situación.

“Las posibilidades del fraude electoral en Costa Rica son nulas. Por fraude significa: alterar, torcer la voluntad popular. Que la mayoría diga A y que el candidato dado por ganador sea B. Es imposible eso, por una serie de controles cruzados que se han ido desarrollando a lo largo de las décadas”, afirmó tajantemente Román.

Costa Rica tiene una democracia de las más maduras de América Latina según el Informe The Economist Inteligence Unit (EUI), realizado para la BBC, el servicio público de radio y televisión de Reino Unido. En una escala de 1 a 10, nuestro país obtuvo 8.03, solo superado por Uruguay, alcanzando la posición de “democracia plena”, la calificación más alta en este estudio y que solo estos dos países obtuvieron. El estudio analizó el acceso a las urnas, el proceso electoral y el pluralismo, las libertades civiles, la funcionalidad del gobierno, la participación y la cultura política.

“No existe otra sociedad en Iberoamérica que tenga 72 años de prácticas electorales ininterumpidas. Eso nos ha dado un conocimiento y experiencia que nos da una serie de mecanismos de control”, indicó el vocero del Tribunal Supremo de Elecciones.

¿Por qué es imposible un fraude electoral en Costa Rica previo a la elección?

Iniciemos por la cantidad de papeletas enviadas, según Román, la cantidad que se envía es exactamente igual que la cantidad de electores, lo cual hace materialmente imposible que se puedan añadir más cantidad que las enviadas.

Las papeletas son elaboradas en las imprentas del TSE, en un papel especial y con una serie de elementos de seguridad, que las hacen imposibles de replicar. Todos esos elementos respaldan la pureza del proceso con anticipación.

¿Puede suceder fraude en el transcurso de las votaciones?

Según Gustavo Román esto tampoco es posible. Cada Junta cuenta con una serie de miembros de mesas de cada partido y además se agregan los auxiliares electorales, que solo para la elección pasada fueron de 2 a 3 por mesa.

“Frente a la eventualidad de que en una mesa solo hubiera un miembro de mesa de un único partido político, hay otras personas que son los auxiliares electorales que hay 2 o 3 por cada mesa en el país y sustituyen a quienes no puedan continuar por algún motivo”, explicó Román.

Estos auxiliares electorales son evaluados en cada proceso electoral, lo cual permite una mejor continua.

Según el TSE ninguna mesa quedará sola o con un miembro de mesa de un único partido, pero si llegara a suceder, viene el papel de los fiscales generales de los partidos. Los cuales pueden ingresar cuando quieran para revisar el proceso de elección. Según Román, en la elección pasada se acreditaron 70 mil fiscales.

Durante el proceso existen otras medidas de seguridad:

  •  Debe revisarse por parte de los miembros de mesa que la foto y firma sea la misma a la de la cédula
  •  La papeleta se entera abierta y debe ser entregada con la firmas de los miembros de manera visible

¿Podría votarse a nombre de las personas fallecidas recientemente?

Esto es otra situación imposible, porque según indica Román, los funcionarios del TSE semanas antes, hacen una revisión en los hospitales para detectar fallecimientos y eliminarlos del padrón electoral.

Una vez finalizado el proceso electoral, existe un escrutinio de votos finales por parte de los 5 magistrados del TSE: voto a voto. Esto hace que el proceso y resultado final, sea el que Costa Rica eligió en las urnas.

No es la primera vez que una afirmación de este tipo se hace en procesos internos y nacionales. Entre las más notables está la de Otton Solis al perder la tendencia del “No” en el referendum sobre el TLC con Estados Unidos o la de Antonio Álvarez Desanti y José María Figueres, hoy socios políticos, se acusaban mutuamente de esto en la anterior campaña del PLN. En el caso de Pilar Cisneros, reconoció su error y se desdijo, caso contrario de los casos mencionados anteriormente.

“Es dificil saber por qué se cuestiona al árbitro, pero hay una larga lista de personas que han hecho pulsos de legitimidad con el TSE y recurrido a este discurso y todas sistemáticamente han recogido una cosecha amarga de esa estrategia. Si fuera lo que es funcional, y que diera réditos lo entendería, pero es difícil entenderlo porque amo se que provecho se pueda sacar de eso”, finalizó Gustavo Román.

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