Los jefes de la diplomacia de Estados Unidos y El Salvador, Marco Rubio y Alexandra Hill, firmaron un Memorando de Entendimiento sobre Cooperación Nuclear Civil Estratégica (NCMOU).
La casa presidencial de El Salvador informó que el acuerdo firmado con EEUU permite la “cooperación” mutua para desarrollar energía nuclear y que la alianza estará enfocada en la “implementación de soluciones energéticas que contribuyan a la seguridad energética de El Salvador”.
El acuerdo con Estados Unidos facilitará el “desarrollo de infraestructura nuclear, el fortalecimiento de las capacidades regulatorias y científicas”, más la promoción de proyectos conjuntos. También aclararon que el acuerdo “no crea obligaciones legales” a las partes y que toda actividad se regirá por “las leyes nacionales”. También el gobierno salvadoreño dice que ambos países mantendrán una revisión periódica del acuerdo para su “duración”.
El Departamento de Estado informó que con este acuerdo se pretende promover la cooperación en materia de energía nuclear para uso civil entre los dos países. Según el Departamento de Estado, la relación diplomática de larga data con El Salvador permite ampliar los horizontes de cooperación y este NCMOU “representa un paso inicial hacia el establecimiento de una sólida asociación nuclear civil” entre los dos países con miras a “mejorar la seguridad energética” del país centroamericano y a promover la prosperidad en la región.
La Asamblea Legislativa de El Salvador, de mayoría oficialista, aprobó en octubre de 2024 la Ley de Energía Nuclear para explorar las posibilidades de desarrollo de energía etómica con fines pacíficos, como la generación de energía eléctrica y la investigación con miras a contar con “un suministro eléctrico sostenible”.
Esa legislación habría permitido el visto bueno de EEUU para cooperar en esta materia, que El Salvador lo ve como una opción para reducir la dependencia de hidrocarburos para alimentar las centrales termoelétricas.
Ese país cuenta con siete plantas de energía térmica que funcionan con petróleo, pero también cuatro centrales hidroeléctricas y dos de generación geotérmica. Este último sector presenta grandes posibilidades de explotación como energía verde gracias a numerosos campos termales a lo largo y ancho del país ubicado en una zona volcánica.
El Salvador proyecta a convertirse en el primer país Centroamericano en apostar por este tipo de tecnología y se tiene previsto que comience a generar energía eléctrica en un plazo de siete años, afirmó el presidente de la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas, Daniel Álvarez, cuando se aprobó la legislación y planea capacitar hasta unos 400 especialistas en energía nuclear para el año 2030 con el apoyo de la Agencia de Energía Atómica de Argentina, según han informado medios de prensa internacional.