¿Se imaginan degustar un chuletón de ternera que se ha elaborado a través de una impresora 3D y que además es de origen vegetal? ¿O arroz que no necesita agua para cocinarse?

La pandemia de coronavirus, cambio climático y la escasez de recursos son factores que ponen en serio peligro la seguridad alimentaria a nivel mundial, tal y como indican desde hace tiempo instituciones como la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO por sus siglas en inglés.

Sin embargo, hay un elemento que aún ha agravado más la crisis de alimentos: el conflicto armado entre Rusia y Ucrania. Como señala la FAO, estos países “llevan a cabo más de un tercio de las exportaciones mundiales de cereales”, entre los que se encuentran la cebada y el maíz.

Además, suministran trigo y fertilizantes a muchos países en vías de desarrollo o de bajos ingresos, territorios que ya experimentaban altos niveles de inseguridad alimentaria antes de que empezara la guerra.

Según la FAO, los cereales que provienen de Rusia y Ucrania constituyen más de un 30% de las exportaciones a nivel mundial. Realizado con Infogram.

Carne artificial

“Cocuus” es una startup que apuesta por la llamada “comida mimética”, creada a través de la impresión láser y que reproduce alimentos similares a los originales.

La compañía explica que sus impresoras imprimen carne, como por ejemplo chuletones, “hechos de una sustancia basada en células animales, que pueden venir de partes menos aprovechables de una vaca, o incluso, creadas en un biorreactor, sin necesidad de matar a ningún animal para conseguir la carne”.

Además, las máquinas también pueden desarrollar otro tipos de comida artificial, como beicon, costillas de cordero, salmón, y hasta carne de origen vegetal, cuyo aspecto y sabor es similar al de un chuletón tradicional, aunque la empresa comenta que están perfeccionando la tecnología para que su gusto “se parezca aún más al de la carne”.

Una tecnología que, según uno de sus directivos, Javier Ferategui, además de ayudar a alimentar a la población del futuro, que según la ONU estará formada por casi 10,000 millones de personas, también contribuirá a hacer frente a la falta de materias primas:

“En Singapur ya puedes comprar pollo que ha sido cultivado en un laboratorio, lo siguiente va a ser la ternera y va a ser algo que la industria va a ir adaptando porque va a haber escasez de agua. Es imposible darle 200 litros diarios a una vaca para sacarle 200 kg de carne, y el camino son proteínas alternativas, vegetales, insectos, algas y fermentos” dice Ferategui a la Voz de América.

La marca, además, también ha desarrollado impresoras que reproducen logos en diferentes superficies de alimentos, como galletas o cervezas, una técnica que ya puede verse en algunos establecimientos.

Arroz que se cocina sin agua

Y precisamente la escasez de recursos hídricos es otro de los grandes retos al que se enfrenta la humanidad. La FAO señala que un 10% de la población a nivel mundial “vive en países que sufren un estrés hídrico elevado”.

Según la FAO, un 10% de la población a nivel mundial, “vive en países que sufren un estrés hídrico elevado”. Realizado con Infogram

 

La startup “Rice in Action” ha desarrollado una tecnología a través de la cual no hay que añadir agua al cocinar arroz, uno de los alimentos más consumidos a nivel mundial y que forman parte de la dieta básica de muchos hogares latinoamericanos.

“Permite introducir todo el caldo y los aceites dentro del grano de arroz, de tal forma que lo que comercializamos es un arroz que no necesita que añadamos caldo y la cocción queda reducida a entre 2 o 5 minutos” explicó Cristof Pais, uno de los cofundadores de la marca, quien también señala que esta innovación puede tener una “amplia aplicación” dentro del campo de la ayuda humanitaria:

“(Se trata de) una comida sana, saludable, recién hecha en cualquier lugar sin energía y sin agua”

La empresa explica, además, que gracias a esta técnica de encapsulación, el arroz contiene un grado alto de almidón resistente, “un ingrediente que influye positivamente en el funcionamiento del tracto digestivo, en la microflora intestinal, en el índice glucémico, en el mantenimiento del nivel de colesterol el sangre y en el control de la diabetes”.

Además de haber desarrollado este método para añadir los nutrientes directamente al grano de arroz, el cofundador comentó que también han inventado una especie de recipiente donde se introduce arroz, un poco de agua y una pastilla militar de bajo coste, y al cabo de unos minutos el arroz está listo para ser disfrutado.

Estos son sólo un par de ejemplos de algunas de las innovaciones más revolucionarias del sector. Unas novedades que han llegado para quedarse.

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